Los hornos de cal en el Calerizo de Cáceres
Nuestra entrada de hoy va a permitir que nos aproximemos a los orígenes y el desarrollo de Cáceres. En concreto, nos vamos a referir a una industria probablemente clave para la fundación de Cáceres y además de las más importantes que ha tenido nuestra ciudad desde la Edad Media hasta mediados del s. XX. Estamos hablando de la industria de la cal. Haremos una auténtica visita guiada a través de los restos arqueológicos y etnográficos de los hornos de cal dispersos por el área conocida en la ciudad como el Calerizo. Y completaremos la información con un video realizado por nuestra compañera Milagros Rivas, guía de turismo oficial habilitada por la Junta de Extremadura.
Qué es el Calerizo de Cáceres
Comenzaremos por señalar que la localización de Cáceres no es casual. Al contrario, su localización no puede entenderse sin reparar en la geología. En Cáceres la formación del subsuelo por rocas cársticas ha dado lugar a dos de los recursos, el Calerizo y la Rivera del Marco, sin los que hubiera sido imposible el asentamiento humano en el espacio que hoy ocupa nuestra ciudad. El Calerizo es un área de roca caliza que se disuelve con el agua y da lugar a las cuevas en las que se cobijaron los primeros pobladores de Cáceres, como por ejemplo las cuevas de Maltravieso, Santa Ana y el Conejar. Los arqueólogos hablan de un espacio único que permite investigar la evolución de la vida en distintos periodos de la prehistoria y que no deja de darnos sorpresas.



El subsuelo de Cáceres está constituido por pizarras, calizas y cuarcitas que trazan una estructura sinclinal, en forma de U. Esta estructura funciona como un gran depósito de agua formado por rocas calizas, sellado por suelos pizarrosos de escasa permeabilidad y delimitado por los afloramientos de cuarcitas de las tres sierras de Cáceres: la sierra de la Mosca, la del Risco y la Sierrilla.
En este medio abundan los filones de piedra caliza, ricas en carbonato cálcico, que han tenido un uso humano desde tiempo inmemoriales. Y es que las propiedades químicas de estas piedras se transforman cuando se las calienta a una determinada temperatura hasta dar lugar a óxido de calcio. Este óxido, también conocido como cal viva, posee numerosas utilidades. Por ejemplo, se puede emplear como material higienizante y aglomerante en los revestimientos a base de mortero de las construcciones.
Cómo funcionaba un horno de cal tradicional
La obtención de la cal viva (óxido de calcio) exige el calentamiento previo de la piedra caliza (carbonato de calcio) a unos 900 grados. Para ese proceso se han utilizado hornos ya incluso desde la Antigüedad. Los hornos de cal son construcciones circulares que solían contar con un pozo de unos dos o tres metros de profundidad y los mismos metros de diámetro. Las paredes interiores del pozo se recubrían habitualmente con arcilla para evitar la pérdida de temperatura. En el interior de esta estructura se iban disponiendo, minuciosamente y por tamaños, las piedras calizas previamente troceadas, hasta formar una bóveda exterior. En el centro quedaba el espacio necesario para instalar la leña que el calero avivaba durante el proceso de cocción.
La lluvia podía arruinar todo el proceso, por lo que se buscaban días tranquilos de verano para encender el fuego. Durante las primeras horas de cocción, la piedra iba perdiendo humedad, lo que originaba un humo blanco. A medida que la piedra se quemaba, el humo se tornaba oscuro. Durante tres días y dos noches el horno permanecía encendido, por lo que el calero tenía que dormir en el mismo lugar del horno. Cada cierto tiempo se extraía la ceniza para dejar espacio a la leña nueva. Lo normal es que la bóveda se hundiera. Este hundimiento, lejos de constituir un problema, era tomado como una buena señal, porque era el resultado de la conversión en cal de la piedra ya carente de consistencia.
Pero eso no es todo. La tarea continuaba durante semanas. Cuando el horno se había enfriado, se destapaba la boca y se extraía la piedra, entonces ya con un aspecto quebradizo y poroso. El calero seleccionaba las piedras bien cocidas y desechaba el resto. Se estima que el aprovechamiento solía ser del 60% de la piedra empleada.
La cal de Cáceres
Sabemos que existieron numerosos hornos para obtener cal repartidos por las cercanías de las distintas canteras de piedra caliza que había en Cáceres. Algunas de ellas se encontraban en la zona del Espíritu Santo. Por cierto, fue en una de esas canteras donde en 1951 unos barreneros hallaron, de manera fortuita, la cueva de Maltravieso. Asimismo, había canteras en el espacio que hoy ocupan las barriadas de Moctezuma o el Nuevo Cáceres, así como también en el cerro de Cabezarrubia.
La cal obtenida en Cáceres fue famosa por su calidad. Los trabajadores del gremio de los caleros vivían en una de las calles de mayor tradición popular de Cáceres, la calle Caleros. A esta calle se hace mención en nuestro folklore, como en una conocida jota “de pique”. Además, al margen de su importancia económica, en la ciudad se llegó a considerar que el humo desprendido por los hornos era bueno para los bronquios y la tos ferina.
El declive de la actividad comenzó con la generalización del uso del cemento a mediados del s. XX. La masiva utilización del cemento supuso el final de este sector tradicional y artesanal.
Los hornos de cal en el Calerizo de Cáceres, hoy
Paseando por Cáceres, podemos encontrarnos con algunos de estos hornos. El más visible de todos ellos está junto a la estación de autobuses, aunque carece de la señalización que nos permitiría reconocerlo. Eso sí, al menos está rodeado por una cancela que lo protege. Asimismo, perdura otro horno junto a la urbanización del Junquillo. Se puede hallar otro más en pleno Calerizo, en la carretera de Medellín. Por último, uno de los más importantes se encuentra en esta misma zona, pero en el interior de una propiedad privada.




Todos los hornos conservados en Cáceres son del mismo tipo. Cuentan con puertas que en la actualidad suelen estar selladas y unas escaleras o rampa para subir a la boca que abre la estructura hacia el exterior. Su estado actual es de abandono absoluto y requieren una mínima atención para que no terminen por desaparecer. Pues, con ellos, desaparecería también parte de un importante legado cultural e histórico que hemos querido poner en valor en esta entrada de nuestro blog.
El pozo de nieve en Cáceres
¿De verdad hubo un pozo de nieve en Cáceres?
En nuestra entrada de hoy os vamos a presentar uno de los enclaves más desconocidos de Cáceres. Se trata del pozo de nieve situado en la estribación norte del llamado cerro del Rollo. Este enclave se conocía así por haberse instalado allí una picota, símbolo de jurisdicción de la villa. Aunque hoy todo el mundo llama esa zona simplemente paseo Alto por acoger el que fue el primer parque público de la ciudad, muy próximo a la plaza de toros y al antiguo cuartel Infanta Isabel. Sin embargo, pocos saben que allí mismo se encuentran los restos de lo que fue un pozo de nieve, exactamente en esta localización.
Y es que, pese a no ser un bien de primera necesidad, el hielo era básico para conservar alimentos y bebidas en buen estado entre los meses de mayo a octubre.
Desde época romana se había desarrollado toda una industria dedicada a llevar el hielo a cualquier parte del imperio y a conservarlo. Prueba de ello es el pozo de nieve en Augusta Emérita. Pero no será hasta periodo musulmán cuando se arraigue realmente esta costumbre de dotar a las poblaciones de pozos de nieve. Esta industria vivirá su máximo auge entre los ss. XVI y XVIII. De esa época se tienen documentados pozos de nieve en todas las poblaciones que tuvieran más de 2000 habitantes. Sin embargo, quedan ya muy pocos pozos en España. Además, su estado de conservación es relativamente malo, lo que hace al pozo de Cáceres, muy bien conservado, un ejemplar especialmente valioso.
Nuestro pozo
En nuestra ciudad no sabemos con exactitud desde cuándo dispusimos de este pozo, aunque se cree que data del s. XVII. Pero con seguridad nuestro pozo estuvo en funcionamiento durante todo el s. XIX, cuando el farmacéutico Joaquín Castel abrió una fábrica de hielo cerca de la fuente de Aguas Vivas. Y, como era habitual, ese pozo se situó en una cercana zona sombría orientada al norte.
Para entender esta industria hemos de mencionar que era un negocio en cadena. En el caso de Cáceres, la nieve viajaba desde la sierra de Béjar y Piornal, al norte de la provincia, por los diferentes pozos de nieve hacia el sur para abastecer a todas las ciudades.
Este negocio propició la existencia de varias figuras. Por ejemplo, los boleros, que recogían la nieve en los ventisqueros. O los arrieros, que la transportaban en burro. Y finalmente los neveros, que la comercializaban en el destino.
Estructura de un pozo de nieve
El pozo es una estructura cilíndrica y subterránea, techada y que disponía de un sistema de poleas para poder sacar la nieve. La nieve se aplastaba con el fin de ganar espacio y de convertirla en hielo, y se dividía en capas de medio metro separadas por paja y ramas de arbustos. Además, disponía de un desagüe para evacuar las aguas del deshielo, ya que esto aceleraba la descongelación.

Como se puede apreciar, nuestro pozo de nieve se encuentra cubierto por una propiedad privada en ruinas que fue lugar de cobijo para el ganado, como se puede comprobar por la presencia de abrevaderos.




El futuro del pozo de nieve de Cáceres
Como curiosidad, se puede destacar la existencia de sendas avenidas con los nombres de Pozo de Nieve y Cerro del Rollo en la barriada de Montesol, una zona muy cercana a este singular enclave. Precisamente la Asociación de Vecinos de Montesol, junto con la plataforma Paseo Alto, están luchando para que nuestro pozo alcance la categoría de Bien de Interés Cultural (BIC). Nosotros le prestamos todo nuestro apoyo. Pues ésta sería la manera de garantizar una mayor protección patrimonial para este edificio hoy abandonado. De hecho, recientemente la prensa local informaba de la actuación de la policía municipal para desalojar a un grupo de jóvenes de este lugar singular en este artículo. Esperemos que las autoridades finalmente se hagan eco de estas reivindicaciones.
Además, el reconocimiento como BIC podría ser la antesala para la consecución de otra de las peticiones de ambos colectivos. Nos referimos a la de instalar allí un centro de interpretación que ayude a comprender mejor la función de este edificio. Sin duda sería una manera de excelente para dar a conocer este edificio tanto a los cacereños como a nuestros visitantes.
Escudos y balcones de esquina en Extremadura
Escudos y balcones de esquina en Extremadura
Todos hemos visto escudos en piedra. Fácil es encontrar el palacio blasonado de un antiguo linaje en un país con tan rico patrimonio histórico como es España. Pero más raro es encontrar un escudo coronando un balcón de esquina o esquinero. ¿Quién ha visto alguna vez un vano justo en la esquina de un edificio? Resulta muy difícil abrir puertas o ventanas en un ángulo por ser la parte del edificio que recibe mayor peso. Si cabe, normalmente la esquina es la parte más fortificada del edificio y hasta existe un nombre para las piedras que lo refuerzan: el esquinazo. De ahí que Jesús afirme ser la “piedra angular”, es decir, la piedra más importante del edificio de la Iglesia que había fundado.
A pesar de las dificultades, algunos expertos maestros de cantería del pasado se atrevieron a horadar la esquina de pesados edificios de piedra de granito. Los nobles moradores de esos edificios querían disponer de un arco de salida a un balcón colocado justo en la esquina de su casa. Y sobre él disponer el blasón que era el orgullo de su familia.
Los escudos y balcones de esquina en Cáceres y Trujillo (Extremadura)
Hay muy pocos de estos balcones de esquina o esquineros en el mundo. Con muy pocas excepciones, Extremadura es la única región de España que cuenta con estos balcones únicos. Más en concreto, la mayor parte se encuentra en las antiguas villas de Cáceres y Trujillo, y en especial en esta última, la llamada cuna de los conquistadores. Así no es de extrañar que esta original forma arquitectónica llegara a América de la mano de algunos de sus vecinos. El cantero Francisco Becerra llevó el balcón de esquina típico de Trujillo hasta el Nuevo Mundo.

En este vídeo, nuestra compañera Milagros, guía de turismo oficial de Extremadura, te explicará por qué los escudos y balcones esquineros abundan tanto en nuestra tierra. Además, te invitará a una breve visita guiada por uno de los escudos y balcones de esquina más espectaculares, el que Sancho de Cabrera abrió a la plaza Mayor de Trujillo en el gran palacio de los marqueses de la Conquista.
Descubre con nosotros por qué una de las familias nobles más importantes de Trujillo le encargó a Cabrera construir este balcón. Se trata del matrimonio del conquistador extremeño Hernando Pizarro y su esposa Francisca Pizarro Yupanqui. Esta era la mestiza hija del hermanastro de Hernando, el conquistador del Perú y fundador de su capital Cuzco, Francisco Pizarro, y de la princesa inca Quispe Sisa, bautizada como Inés Huaylas Yupanqui. No te pierdas la historia escondida detrás de nuestro mejor balcón de esquina y del escudo historiado concedido a la familia de los conquistadores Pizarro por el mismísimo emperador Carlos V.

Las curiosidades del puente romano de Alcántara (Cáceres)
El puente de Alcántara y sus curiosidades
¿Qué es el puente romano de Alcántara?
¿Conoces el puente romano de Alcántara? Alcántara es un nombre y topónimo de origen árabe que significa literalmente “El puente”. En España hay mucha gente que se llama así, como la inolvidable familia de la serie de televisión Cuéntame. Pero también hay muchos puentes que se llaman Alcántara. Uno de los más conocidos está sobre el río Tajo a su paso por Toledo. Sin embargo, el más famoso de todos está también sobre el río Tajo pero aguas abajo de Toledo. Estamos hablando del que da acceso a la localidad de Alcántara en la provincia de Cáceres, ya muy cerca de la frontera entre España y Portugal, en el entorno inigualable del parque natural del Tajo Internacional (en portugués: Parque Natural do Tejo Internacional). Este puente esconde un sinfín de curiosidades.
¿Por qué es tan importante?
Los amantes de la construcción de puentes se encontrarán en Extremadura con el puente romano más largo del mundo, el de Mérida, y también con el más alto, el de Alcántara. Este puente está considerado por muchos el mejor del mundo. Su figura se ha utilizado como motivo para la elaboración de un premio otorgado a las mejores obras de ingeniería civil en Iberoamérica. Sin duda el puente de Alcántara es una de las joyas arquitectónicas de la Antigüedad clásica y se encuentra al mismo nivel que otras que nos legaron los romanos, como el acueducto de Segovia o el teatro romano de Mérida. Hasta él han llegado numerosos visitantes desde hace siglos. Además, en el 2014 fue escogido como mejor rincón por los usuarios de la Guía Repsol.
¿Cómo puedo conocer más sobre él?
En este vídeo imprescindible nuestro compañero y arqueólogo Arturo desgrana algunas de las curiosidades y secretos que rodean al puente romano de Alcántara: ¿por qué los romanos escogieron esa ubicación?; ¿por qué tenía que ser tan alto?; ¿por qué tiene un arco del triunfo justo en el medio?; ¿qué destrucciones y restauraciones ha sufrido a lo largo de la historia?; ¿qué inscripciones se han hallado en él?; ¿cómo es posible que siga todavía no sólo en pie, sino incluso en uso, con casi dos mil años de historia a sus espaldas?; ¿cuál será su futuro cuando se construya un nuevo puente entre el antiguo y la presa del embalse de Alcántara? Si quieres conocer la respuesta a todas estas y más preguntas, no te puedes perder este vídeo explicativo que te ayudará a conocer y valorar su importancia, y a guiarte en tu visita a Alcántara.
El Palacio de los Golfines de Abajo
El Palacio de los Golfines de Abajo
es una de las joyas arquitectónicas que encontrarás cuando visites Cáceres. El Palacio (también conocido como Casa de Los Golfines de Abajo), es una casa-fortaleza de estilo Gótico, aunque contiene elementos arquitectonicos de épocas posteriores como su espectacular crestería de estilo Plateresco. Situado en la plaza de Los Golfines, en el recinto monumental, esta maravilla fue construida tras la reconquista de la ciudad. Una de sus soberbias torres, con dos “matacanes”, es uno de los emblemas de la Ciudad de Cáceres.
Alojamiento de los Reyes Católicos en sus visitas a Cáceres, es el único palacio a los que Isabel y Fernando permitieron poner su escudo.
Compuesto de varias salas en su planta baja que incluyen exposiciones permanentes de maravillosas piezas artísticas, en su planta superior (a la que accedemos por una escalera engalanada con pendones y cubierta de escudos familiares), encontraremos el oratorio, la sala de caza, el gabinete y la sala de documentos, que conseguirán que nos sumerjamos en la historia de la familia y de la ciudad
Este palacio es toda una delicia para quienes quieran conocer la historia de una forma diferente y una visita obligada si vienes a Cáceres.
En este enlace a la web del Palacio encontraras toda la información.
¿Te vienes a Cáceres?